- Mecanismo de acción:
- Los glucocorticoides actúan sobre receptores citoplasmáticos que inducen o inhiben la transcripción génica de distintas proteínas que intervienen en la inflamación.
- Efecto farmacológico:
- Antiinflamatorio antiasmático.
- Indicaciones terapéuticas:
- Asma: Tratamiento de asma bronquial en pacientes que precisen tratamiento de mantenimiento con glucocorticoides para controlar la inflamación de las vías respiratorias, especialmente en pacientes con asma de intensidad moderada a grave.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: Tratamiento de pacientes con EPOC en los que se ha identificado una respuesta beneficiosa durante los primeros 3-6 meses de tratamiento.
- Contraindicaciones:
- Alergia a corticoides o a cualquier componente del medicamento.
- Infecciones activas no controladas con la antibioterapia.
- Pacientes inmunizados con vacunas vivas. Se recomienda distanciar la vacunación con estas vacunas al menos 3 meses de la administración de un corticoide por largos períodos de tiempo, ya que podrían favorecer la aparición de infecciones.
- Interacción con otros medicamentos o alimentos:
- Inhibidores del CYP3A4, como ketoconazol, itraconazol, macrólidos o ritonavir. Estos fármacos podrían incrementar la semivida plasmática de la budesónida, potenciando sus efectos. Esta interacción no parece importante en tratamientos a corto plazo (1 – 2 semanas), aunque se tiene que tener en cuenta en tratamientos prolongados. La cimetidina no ha mostrado efectos importantes sobre la semivida de la budesónida si se emplea a las dosis habituales.
- Fármacos hipokalemiantes (agonistas beta-adrenérgicos, diuréticos no ahorradores de potasio, teofilina). Existe riesgo de potenciar la pérdida de potasio, con la siguiente aparición de fenómenos de cardiotoxicidad. En aquellos pacientes tratados con un corticoide, junto con agonistas beta-2 adrenérgicos o teofilina, se recomienda controlar la kalemia periódicamente.
- Precauciones:
- Aunque la budesónida ejerce sus efectos fundamentalmente a nivel pulmonar, no se puede descartar que pueda producir las mismas reacciones adversas que los corticoides sistémicos, especialmente en tratamientos prolongados y a altas dosis, por lo que se recomienda extremar las precauciones en caso de:
- Insuficiencia hepática: La budesónida se elimina fundamentalmente por metabolismo, por lo que en caso de insuficiencia hepática severa se podría aumentar la biodisponibilidad y disminuir su aclaramiento. Aunque no suele ser necesario realizar su reajuste posológico, se recomienda vigilar la funcionalidad adrenal.
- Infección, especialmente infecciones respiratorias o infecciones oftalmológicas: Los corticoides son agentes inmunosupresores, por lo que podrían disminuir la eficacia de los tratamientos e incluso favorecer la reactivación de cuadros como tuberculosis y otras infecciones bacterianas, infecciones virales como varicela o sarampión o micosis sistémicas. Se recomienda por lo tanto evaluar la eficacia de los tratamientos frente a las infecciones y suspender la administración del corticoide si la infección no pudiese controlarse con antibioterapia (Véase contraindicaciones).
- Es común que aparezcan infecciones fúngicas por Candida albicans o Aspergillus niger en la cavidad oral o faringe durante el tratamiento con corticoides, apareciendo cultivos positivos hasta en el 34 – 75% de los pacientes. Existe una serie de medidas para reducir la frecuencia de dichas infecciones, como reducir la dosis o la frecuencia de administración, administrar el fármaco antes de las comidas, enjuagarse la boca o lavarse los dientes tras la administración o utilizar una cámara de inhalación, que reduce la impactación orofaríngea.
- Glaucoma: Los glucocorticoides podrían aumentar la presión intraocular, con el consiguiente riesgo de daño corneal. Se recomienda controlar periódicamente la presión intraocular.
- Cataratas: Parece ser que la administración inhalada de corticoides puede predisponer a la aparición de de cataratas, por lo que se recomienda extremar las precauciones en estos pacientes.
- Hipertensión arterial: Los corticoides presentan cierta actividad mineralocorticoide, por lo que pueden aumentar la presión arterial. Aunque los efectos de la budesónida inhalada sobre la presión no parecen importantes, se recomienda controlar la presión en estos pacientes ante el riesgo de una descompensación.
- Úlcera péptica: Tradicionalmente se ha asociado la utilización de corticoides con la aparición de úlceras pépticas. En caso de pacientes con úlcera péptica sometidos a tratamientos con corticoides durante largos períodos de tiempo, podría ser recomendable administrar un protectos gástrico.
- Diabetes: Los corticoides pueden dar lugar a hiperglucemia e intolerancia a la glucosa, debido a sus efectos antagónicos de la insulina, por lo que se recomienda controlar los niveles de glucosa en estos pacientes de forma periódica.
- Osteoporosis: Los corticoides producen un aumento de la eliminación del calcio, por lo que podrían dar lugar a pérdida del contenido mineral en caso de tratamientos prolongados. En mujeres postmenopáusicas puede ser preciso controlar la densidad mineral ósea mas a menudo, y valorar la necesidad de un tratamiento para prevenir su pérdida.
- Hipotiroidismo: Los corticoides pueden disminuir los niveles de hormonas tiroideas, por lo que podrían empeorar cuadros hipotiroideos.
- Asma: En ocaciones, el empeoramiento de la enfermedad puede hacer que un tratamiento de mantenimiento de corticoides inhalados puede comenzar a mostrarse eficaz. Si el paciente comunicase signos de empeoramiento, como mayor necesidad de utilización de broncodilatadores de acción corta, se deberá considerar la necesidad de incrementar la dosis de corticoides inhalados o instaurar un tratamiento con corticoides orales.
- En el caso de pacientes en tratamiento con corticoides inhalados que comiencen a recibir un agonista beta-adrenérgico de acción prolongada, no se deberá suspender la administración de corticoide a pesar de la mejoría de los síntomas.
- Por su parte, los corticoides no están destinados al tratamiento de crisis asmática, sino al control de la enfermedad a largo plazo. En caso de pacientes con brotes asmáticos, el tratamiento de elección serán los agonistas beta-adrenérgicos de acción rápida y corta, combinados o no con corticoides.
- Crecimiento: Los niños tratados con corticoides durante largos períodos de tiempo pueden desarrollar un retraso en el crecimiento, especialmente por vía sistémica, aunque tampoco se puede descartar en caso de vías tópicas como la inhalada. Se recomienda controlar regularmente la altura de los niños que reciben tratamiento prolongado con esteroides inhalados, y si se enlenteciese, revisar el tratamiento con el objetivo de utilizar la dosis más baja posible para controlar los síntomas del asma.
- Supresión adrenal: El tratamiento con corticoides puede dar lugar a una inhibición del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, especialmente tras la administración sistémica (a dosis iguales o superiores a 20mg/24 horas de prednisolona o su equivalente) o en pacientes tratados con altas dosis de corticoides inhalados (budesónida >1500 mcg/24 horas) durante períodos prolongados de tiempo. La recuperación de dicha depresión es lenta, tardando incluso varios meses.
- La gravedad del hipoadrenalismo puede ser variable, desde cuadros leves en los que se presenta malestar general, dolor articular o muscular, cansancio, cefalea, náuseas y vómitos, hasta procesos severos, con riesgo de la vida del paciente.
- La sintomatología suele desarrollarse al suspender bruscamente un tratamiento sistémico o inhalado con corticoides, en situaciones de estrés grave como politraumatismos, quemaduras, agravamiento del asma, intervenciones quirúrgicas o infecciones, sobre todo infecciones gastrointestinalescon pérdidas agudas de electrolitos, o al pasar de un tratamiento sistémico a uno inhalado, que es capaz de controlar los síntomas asmáticos pero no aporta la actividad mineralocorticoide necesaria para evitar este síndrome.
- Se deben realizar por lo tanto las siguientes recomendaciones:El paso de corticoterapia sistémica a inhalada puede además desenmascarar enfermedades alérgicas como rinitis alérgica o eccema, que estaban siendo controladas con la corticoterapia sistémica. Se recomienda tratar dichos cuadros sintomáticamente con antihistamínicos sistémicos o tópicos.
- Nunca se debe suspender de forma brusca un tratamiento con budesónida o cualquier otro corticoide.
- En pacientes sometidos a situaciones de éstres, o que vayan a ser intervenidos quirúrgicamente, se valorará la necesidad de iniciar un tratamiento con corticoides orales. Es recomendable por lo tanto que estos pacientes tengan consigo una tarjeta indicando que podrían necesitar un suplemento de corticoides orales.
- En pacientes en tratamiento con corticoides orales, cuando su situación sea estable y se pase a terapia inhalada, se recomienda reducir gradualmente la administración del corticoide oral , tal y como se establece en la Posología.
- Broncoespasmo paradójico: En ocasiones se han descrito casos de broncoespasmos paradójicos en pacientes en tratamiento con budesónida inhalada. Se desconoce la causa de dicho broncoespasmo, pero en caso de aparecer, se recomienda instaurar un tratamiento alternativo con un agonista beta-2 adrenérgico inhalado de acción rápida. Si el broncoespasmo es grave, puede ser recomendable valorar la suspensión del corticoide inhalado e instaurar un tratamiento con corticoides sistémicos.
- Situaciones especiales:
- Embarazo: Categoría B de la FDA.La administración de corticoides en animales a altas dosis y por vía sistémica durante los primeros meses de embarazo se ha asociado con efectos teratógenos, tales como malformaciones congénitas fetales (paladar hendido, hidrocefalia, defectos esqueléticos) y bajo peso al nacer, además de efectos fetotóxicos y embriocidas. Estos efectos no se han observado con la budesónida inhalada, aunque al administrarla en conejas por vía subcutánea a dosis de 25 mcg/kg ha ocasionado pérdidas fetales, disminución del peso al nacer y anormalidades esqueléticas. No obstante, la administración de dosis de 250 mcg/kg en ratas no ocasionó fetotoxicidad. No se dispone de estudios adecuados y bien controlados en humanos que permitan conocer la seguridad de budesónida en mujeres embarazadas. No obstante, la budesónida inhalada se ha empleado en mujeres embarazadas asmáticas, y la experiencia postcomercialización no ha evidenciado efectos adversos fetales. Aunque algunos autores establecen que la utilización de corticoides produce una incidencia de hendiduras del paladar del 1%, este efecto no se ha podido establecer adecuadamente, ni tampoco se han reproducido los efectos teratógenos observados en animales con otros corticoides. De hecho, un estudio de cohortes prospectivas realizado en Suecia sobre 2014 mujeres embarazadas que usaron budesónida inhalada a partir de la 10 -12 semana de gestación (y que constituían el 99% de las mujeres embarazadas tratadas con corticoides inhalados entre 1995-1997 en dicho país), evidenció una tasa de malformaciones y hendiduras palatales similares a las de la población normal. El uso de este medicamento sólo se acepta durante el embarazo en caso de ausencia de alternativas terapéuticas más seguras. A pesar de ello, debido a las pequeñas concentraciones plasmáticas obtenidas tras la administración inhalada, no es de esperar que aparezcan problemas fetales. En el caso de madres embarazadas que hayan tenido que utilizar corticoides durante períodos prolongados, se recomienda vigilar la aparición de hipoadrenalismo en el neonato.
- Lactancia: Se desconoce si la budesónida se excreta con la leche materna. Aunque tras la administración de budesónida inhalada a las dosis recomendadas no aparecen niveles sistémicos elevados, y por lo tanto las concentraciones en leche materna tampoco se espera que sean elevadas, los corticoides sistémicos sí se excretan y pueden inhibir el crecimiento, interferir en la producción de corticosteroides endógenos y producir otros efectos adversos en el lactante. Se recomienda suspender la lactancia materna o evitar la administración de este fármaco.
- Niños: La budesónida se ha utilizado con eficacia y seguridad en niños para el tratamiento de asma. La inhalación de dosis de 400 mcg/24 horas durante 2-6 años no ha dado lugar a supresiones del crecimiento comparadas con un tratamiento no esteroideo. No obstante, en caso de absorción sistémica significativa podría producirse supresión adrenal y retraso del crecimiento en niños. Este fármaco puede ser una alternativa terapéutica útil frente a los corticosteroides orales en niños asmáticos. Su uso se acepta en niños en general. Sin embargo, dependiendo de la edad, se elegirá la forma farmacéutica adecuada o bien se considerará el uso de dispositivos especiales de administración como cámaras espaciadoras. Los aerosoles e inhaladores no son adecuados para niños menores de dos años; no se han evaluado la suspensión para nebulización en niños menores de seis meses. Asimismo, se recomienda monitorizar estrictamente el crecimiento y desarrollo de los niños en tratamientos prolongados.
- Ancianos: La seguridad y eficacia del uso de corticoides por inhalación en ancianos no han sido completamentes establecidas. No obstante, no se prevén problemas que limiten la utilidad de estos medicamentos en ancianos. A pesar de ello se recomienda precaución ya que los ancianos suelen tener enfermedades que podrían ser empeoradas por los corticoides, como diabetes, insuficiencia hepática, glaucoma, cataratas u osteoporosis.
- Reacciones adversas:
- La budesónida administrada por vía inhalatoria no suele dar lugar a reacciones adversas graves, y normalmente están restringidas a fenómenos de irritación bucofaríngea por la propia administración del fármaco. No obstante, no se puede descartar que no aparezcan reacciones adversas sistémicas, especialmente entre niños o pacientes que reciban dosis elevadas de budesónida inhalada.
- Respiratorias. Es frecuente (1-10%) la aparición de irritación de garganta, faringitis, rinitis, sinusitis, ronquera reversible que desaparece al interrumpir el tratamiento, reducir la dosis o descansar la voz, y tos. También es común (1-10%) que el paciente presente candidiasis orofaríngea, que puede prevenirse si la administración se realiza antes de las comidas y a continuación el paciente se enjuaga la boca o se lava los dientes o si se emplea una cámara de inhalación. La candidiasis responde igualmente a una terapia antifúngica tópica. Al igual que otros medicamentos administrados por vía inhalatoria, tales como los agonistas beta-adrenérgicos, la budesónida podría dar lugar a fenómenos de broncoespasmos paradójico, caracterizado por la aparición de sibilancias, que requiere la administración de un agonista beta-adrenérgico de acción rápida inhalado, como salbutamol o terbutalina.
- Alérgicas/ dermatológicas: Raramente (<0,01%) podría aparecer reacciones de hipersensibilidad inmediata o retardada, con erupciones exantematica, dermatitis por contacto, urticaria, angioedema o espasmo bronquial.
- Efectos sistémicos: En ocasiones puntuales (<0,01%) la budesónida inhalada ha dado lugar a signos o síntomas sistémicos, incluyendo hipoadrenalismo y retraso del crecimiento. Los efectos sistémicos dependen de la dosis (siendo especialmente intensos a dosis mayores a 1500 mcg/24 horas), tiempo de la exposición (necesitándose en ocasiones períodos de varios años), exposición concomitante y/o previa a glucocorticoides y sensibilidad individual. Estos efectos sistémicos destacan:
- Digestivas: náuseas, vómitos, dispepsia, gastroenteritis, sequedad de boca, diarrea, dolor abdominal, anorexia, trastornos del gusto, aumento de peso.
- Neurológicas/psicológicas: cefalea, insomnio, nerviosismo, agitación, depresión o alteraciones de la conducta e hipercinesia. Se ha descrito algún caso de psicosis.
- Osteomusculares: Dolor osteomuscular, mialgia, dolor de espalda, fragilidad ósea, osteoporosis y tendencia a la fractura ósea.
- Oftalmológicas: hipertensión ocular, cataratas, conjuntivitis.
- Auditivas: otitis media u otitis externa.
- Hematológicas: hematoma, epistaxis, púrpura.
- Metabólicas: Supresión adrenal, retraso en el crecimiento de los niños, supresión del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal con enfermedad de Addison, síndrome de Cushing.
- Generales: gripales, síntomas, fiebre, astenia.
- Advertencias:
- Insuficiencia adrenal: Paso de un tratamiento con esteroides orales a inhalados: Se hará sólo en aquellos pacientes que tengan sus síntomas controlados. La dosis del esteroide oral se deberá ir reduciendo poco a poco, hasta su completa eliminación en muchos casos.
- Durante los primeros meses del cambio, puede ser necesario reanudar la administración sistémica de corticosteroides durante períodos de estrés o en caso de emergencias (por ejemplo, infecciones graves, heridas, cirugía).
- Se recomienda asegurarse de que el paciente conoce la forma adecuada de administrar el medicamento y de realizar una correcta inhalación. Para ello puede ser necesario dar instrucciones verbales, escritas o incluso una demostración.
- Se debe utilizar como dosis de mantenimiento la menor dosis que consiga controlar la sintomatología asmática, con el fin de reducir el riesgo de supresión adrenal.
- En caso de broncoespasmo paradójico se procederá a administrar un agonista beta-2 de acción rápida por inhalación. Si fuera necesario se suspenderá la administración del corticoide inhalado y se instaurará un tratamiento sistémico.
- La suspensión del tratamiento en pacientes que reciben altas dosis o están en tratamiento durante un período prolongado de tiempo debe ser gradual.
- Monitorización:
- Síntomas del asma.
- Pruebas de función respiratoria.
- Función corticosuprarrenal (en pacientes que pasan de dosis elevadas o tratamientos prolongados con corticosteroides orales e inhalados).
- Control del crecimiento en niños que reciban tratamientos de larga duración.
- Condiciones especiales de conservación:
- Conservar en lugar fresco y seco.
- Nombre comercial:
- Budesónida aldo unión
- 200 mcg/ pulsación aerosol 100 dosis R TLD
- 200 mcg/ pulsación aerosol 200 dosis R TLD
- 50 mcg/ pulsación aerosol 200 dosis R TLD
- Budesónida aldo unión suspensión inhalación
- 0.25 mg/ml 20 ampollas unidosis 2ml R TLD
- 0.5 mg/ml 20 ampollas unidosis 2ml R TLD
- Budesónida easyhaler
- 400 mcg/dosis polvo 100 dosis R TLD
- 100 mcg/dosis polvo 200 dosis R TLD
- 200 mcg/dosis polvo 200 dosis R TLD
- Budesónida pulmictan
- 200 mcg/ pulsación aerosol 100 dosis R TLD
- 50 mcg/ pulsación aerosol 200 dosis R TLD
- Miflonide
- 200 mcg/ 60 cápsulas inhalación R TLD
- 400 mcg/ 60 cápsulas inhalación R TLD
- 200 mcg/ 120 cápsulas inhalación R TLD
- 400 mcg/ 120 cápsulas inhalación R TLD
- Novopulm novolizer
- 400 mcg/ dosis cartucho polvo 100 dosis R TLD
- 200 mcg/ dosis cartucho polvo 200 dosis R TLD
- 400 mcg/ dosis inhalador+cartucho polvo 100 dosis R TLD
- 200 mcg/ dosis inhalador+cartucho polvo 200 dosis R TLD
- Olfex bucal
- 200 mcg/ pulsación aerosol 200 dosis R TLD
- 50 mcg/ pulsación aerosol 200 dosis R TLD
- Pulmicort
- 100 mcg/ pulsación aerosol 120 dosis R TLD
- 200 mcg/ pulsación aerosol 120 dosis R TLD
- 200 mcg/ pulsación aerosol 20 x 120 dosis R EC TLD
- Pulmicort suspensión nebulización
- 0.25 mg/ml 5 ampollas 2ml R TLD
- 0.5 mg/ml 5 ampollas 2ml R TLD
- 0.25 mg/ml 100 ampollas 2ml R EC
- 0.5 mg/ml 100 ampollas 2ml R EC
- Pulmicort turbuhaler
- 200 mcg/ dosis polvo inhalación 100 dosis R TLD
- 400 mcg/ dosis polvo inhalación 100 dosis R TLD
- 100 mcg/ dosis polvo inhalación 200 dosis R TLD
- 200 mcg/ dosis polvo inhalación 20 x 100 dosis R EC
- 400 mcg/ dosis polvo inhalación 20 x 100 dosis R EC
- Ribujet
- 200 mcg/ pulsación aerosol 200 dosis R TLD
- Budesónida aldo unión
- Condiciones de dispensación:
- Prescripción médica R